HIDROCEFALIA

LA HIDROCEFALIA

La Hidrocefalia, es la acumulación de Líquido Cefalorraquídeo (LCR) dentro de la cabeza, generalmente por su inadecuada absorción.

Normalmente, el cerebro produce continuamente LCR por medio de unas células especializadas que están dentro de los ventrículos del cerebro. Este LCR circula por los ventrículos y luego sale bañando el cerebro y la médula espinal, para ser finalmente reabsorbido otra vez en el flujo sanguíneo. Un bloqueo del flujo o drenaje del LCR produce una acumulación de LCR, agrandamiento de los ventrículos y una mayor presión dentro de la cabeza.

Más del 80% de los bebés que nacen con Mielomeningocele (el tipo más grave de Espina Bífida) desarrollan Hidrocefalia. Además de la lesión en la médula espinal, los afectados sufrirán anomalías en la estructura de ciertas partes del cerebro, lo que impide un óptimo drenaje del LCR. 

En la infancia, algunas de las señales de hidrocefalia, pueden ser:

  • Un rápido crecimiento de la cabeza (debido a que las fontanelas no están cerradas)
  • Una fontanela abombada o tensa
  • Irritabilidad inusual
  • Vómitos repetidos
  • Estrabismo o incapacidad de mirar hacia arriba
  • Períodos en los que el bebé deja de respirar (llamados apnea)
  • Dificultad para tragar
  • Llanto débil o ronco
  • Dificultad para mantener despierto al bebé o que la función cerebral se deteriore de alguna otra manera.

En los adultos, como los huesos del cráneo ya se han cerrado completamente, no se incrementa el tamaño de la cabeza.

El aumento del tamaño de los ventrículos por la acumulación de LCR se puede ver a través de la ecografía mientras las fontanelas permanecen abiertas, una tomografía computarizada (TAC) o una imagen de resonancia magnética (IRM) de la cabeza.

Diagnóstico y tratamiento

La Hidrocefalia se diagnostica mediante una evaluación neurológica clínica y mediante el uso de técnicas de imagen. El médico seleccionará la herramienta diagnóstica apropiada tomando como base la edad, la presentación clínica del paciente, y la presencia de otras anormalidades conocidas o sospechadas del cerebro o la médula espinal. 

El tratamiento más adecuado de la hidrocefalia requiere una evaluación individualizada de cada paciente. El especialista valorará la posibilidad de optar por los fármacos, la plexectomia, la ventriculostomia endoscópica o la derivación ventricular.

El objetivo del tratamiento es evitar el aumento de líquido en los ventrículos y controlar la presión de este líquido para que no se lesione el tejido cerebral y, por tanto, no se produzca deterioro cognitivo o, lo que es lo mismo, que la función neurológica sea óptima.

De ahí, que el tratamiento habitual sea la derivación ventricular. Consiste en introducir un catéter proximal en uno de los ventrículos del cerebro, una válvula, y un catéter distal subcutáneo que lleva el LCR desde la válvula por el cuello, el tórax y el abdomen hasta situarse en el peritoneo. Tiene por objetivo desviar el exceso de LCR hacia un aparte del cuerpo donde pueda ser absorbido nuevamente por el flujo sanguíneo. La válvula regula la dirección y la cantidad de LCR drenado.

Aunque la derivación interna más común es la que drena el LCR desde el ventrículo hasta el abdomen (peritoneo), el LCR también puede desviarse hacia una vena ”usualmente en el cuello o en la aurícula”, o hacia la vesícula. La selección de una u otra derivación dependerá de cuál considera el neurocirujano que es más adecuada para cada paciente en particular. 

Con algunas excepciones, generalmente quienes tienen Espina Bífida e Hidrocefalia con sistema de derivación necesitarán la derivación de por vida. Los problemas más comunes que afectan las derivaciones son la obstrucción, la infección o la ruptura del catéter con la consiguiente mal función. Un 40% de las derivaciones tiene problemas de funcionamiento el primer año de haber sido colocadas y deben ser remplazadas (o revisadas); el 60% necesita revisión a los 5 años; y entre el 80% y 85% a los 10 años. Aproximadamente el 20% requiere revisiones varias veces durante la vida.

Algunas formas de Hidrocefalia no requieren un tratamiento especial o como se consideran temporales no requieren tratamientos definitivos.  Recientemente se está aplicando la técnica de ventriculostomía endoscópica, que hace posible el tratamiento de la Hidrocefalia sin la inserción de la válvula en 66% de los pacientes. El éxito depende de la causa de la Hidrocefalia y puede variar entre 25 y 100%. Crea una desviación natural en el cerebro, permitiendo que el exceso de líquido salga. Es una técnica que no presenta las complicaciones de la inserción de la válvula con baja tasa de infección.

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